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Aquí va la histora de Cecilia Serrano y la administración de carrera laboral. En esta entrevista nos deja muchos mensajes.
La historia que hoy cuenta Cecilia Serrano de su salida de TVN es una historia muy común que les sucede a la mayoría de los Ejecutivos de empresas quizás no tan visibles como Televisión Nacional, pero que tal como dice Cecilia Serrano es una invitación a los profesionales a estar más visibles y atentos a los cambios del mercado.
«Era demasiado visible, era el rostro más visible del canal, no podía andar mirando para otro lado. Amaba al canal y no me quería ir. Yo era muy propiedad privada de ellos, nunca me dejaron estar en una revista ni en radio… Yo les diría a los periodistas que están en varios medios que sigan haciéndolo, que es muy adecuado para ellos y para los medios. Pero yo no tuve esa suerte. Además, no tuve la visión de pensar en otra cosa, me faltó la sabiduría para darme cuenta…»
Después de cuatro años con esclerosis múltiple declarada, la ex lectora de noticias habla de su repentina salida de TVN, de las dificultades laborales que tuvo después, de cómo ha sobrellevado su enfermedad y por qué la ocultó durante tanto tiempo.
EL ABANDONO DE LA TELE
Por su madre –la «Decha», como le dicen a Teresa Gildemeister–, y por su padre, Gustavo Serrano Mahn, tiene ancestros alemanes que la hacen ser bastante estructurada. Directa, sin pillerías. Gansa, diría ella en ciertas ocasiones, en el sentido de que se pega a lo que la hace feliz –como fue TVN–, y se va antes del drama del desenlace, como fue el caso de su primer matrimonio con Alfonso Gómez, con quien no quiso tener familia y se devolvió a su casa a los 9 meses de casada.
Después de ser una buena alumna en el colegio Las Teresianas, estudió Periodismo en la Universidad Católica. En segundo año la presentaron al Concurso Miss Chile y terminó llevando esa corona y recorriendo mucho mundo durante un año. Le gustó esa experiencia. Pero a pesar de las ofertas de trabajo que la alejaban de sus estudios y de su país, optó por terminar la carrera. Hizo la práctica en Canal 13, donde empezó haciendo Teletarde, Almorzando en el Trece y varios programas más por 10 años.
Ahí se le impregnó la verdadera enfermedad, que es la adrenalina insustituible de la tele, con toda su circunstancia de locura y de brillo, de fama y de dinero, de presencia en todos los rincones, y ser amada y reconocida por millones de personas.
Luego esa adrenalina no hizo más que crecer y multiplicarse en su larga aventura por Televisión Nacional.
–El año 90, ya con Aylwin en la presidencia, me llamó mi compadre Bernardo de la Maza para contarme de esta oportunidad de leer el noticiero central de un canal al que poco se le creía porque había sido durante 17 años el canal oficial del régimen militar. Había que cambiarle el rostro, y comenzó una epopeya, porque éramos pobres, no había ni plata para un farol, todos hacíamos de todo y sacamos al canal adelante. Por eso es que lo quiero tanto. Por eso me costó tanto dejarlo…
Después de 14 años de estar en pantalla todos los días, TVN decidió renovar su noticiario y partieron por despedir a sus rostros… Eso la llevó a una depresión, ¿no?
–Fue muy duro. No entendí que se quisieran deshacer de nosotros. Está bien que quisieran renovar el noticiero, pero yo propuse quedarme haciendo programas de conversación o entrevistas. Nunca había tenido un espacio propio y ellos podrían haber aprovechado el inmenso capital de 14 años de vínculos de confianza que se habían generado con el público.
¿Por qué no se movió con otros canales o en otros medios cuando empezó a sospechar que esto no iba bien?
–Era demasiado visible, era el rostro más visible del canal, no podía andar mirando para otro lado. Amaba al canal y no me quería ir. Yo era muy propiedad privada de ellos, nunca me dejaron estar en una revista ni en radio… Yo les diría a los periodistas que están en varios medios que sigan haciéndolo, que es muy adecuado para ellos y para los medios. Pero yo no tuve esa suerte. Además, no tuve la visión de pensar en otra cosa, me faltó la sabiduría para darme cuenta…
Podía ser un alivio no estar esclavizada todas las noches…
–Fui muy estructurada. Ahora, por primera vez he pensado en viajar a Europa…
Sin embargo se deprimió profundamente…
–Sí… (Baja la vista. Tiene las pestañas largas y tupidas. Es más bella cuando está triste). Era demasiado visible mi rostro como para irme a otro canal. Es muy chico este país. Tenía que irme con dignidad y reconvertirme.
Estudió Comunicación Corporativa y con su marido salieron en busca de clientes y proyectos. Pero nada importante resultó. Ella dice que no tenía contactos con empresas. Pero la verdad es que los empresarios tampoco la llamaban porque la sentían sobrecalificada para cualquier trabajo normal, cuenta. Un paradójico baile de desencuentros que no hicieron más que oscurecerla. La verdad es que Cecilia Serrano se había casado con TVN y había sido abandonada por el gran amor de su vida. La adrenalina de las luces no podía ser compensada con ninguna.
No fue raro que en diciembre del mismo año 2004 se le declarara esta tremenda enfermedad.