El Mercurio 16 de abril 2009
75 mil entraron al mercado laboral en un año:
Mujeres profesionales vuelven a trabajar para ponerle el hombro a la crisis
Después de un largo periodo fuera del mercado y en medio de la inestabilidad económica, ellas están volviendo a trabajar para aportar al presupuesto de sus familias. El cuestionamiento por los años fuera, su desactualización y las dudas sobre su estabilidad son las principales trabas en su reingreso.
BERNARDITA AGUIRRE PASCAL
Desde fines del año pasado y con mayor fuerza a partir de 2009 las mujeres están volviendo a trabajar. Así lo muestran los datos del INE. En el último año, 75 mil mujeres han entrado a la fuerza laboral haciendo aumentar la tasa de participación femenina en 0,4 puntos porcentuales en relación al año anterior. Entre las que buscan o entran a trabajar hay un importante número de profesionales que habían renunciado para dedicarse a sus hijos o para darse un tiempo para ellas. Hoy están de vuelta.
Impulsadas por la inestabilidad económica sienten que es tiempo de volver al mercado. El 63% de las mujeres reconoció que la necesidad económica es una de las motivaciones que las llevan a trabajar, según el Barómetro ComunidadMujer-DataVoz-OIT.
En la búsqueda de empleo el fenómeno se refleja. De 48% a 52% aumentó el porcentaje de mujeres que busca trabajo.
Según cifras entregadas por Comunidad Mujer, en Laborum.com existen datos que muestran que los currículos de ellas han crecido cuatro puntos porcentuales.
«En muchos matrimonios existe un pacto tácito de que la mujer sólo debe trabajar cuando las condiciones laborales de su pareja se vean afectadas. En tales situaciones, ellas salen a trabajar y buscan un ingreso extra para el hogar».
EDUARDO ZAMORA
Pleasant Work Chile
EL MERCURIO:¿POR QUÉ LAS MUJERES SON REACIAS A PEDIR AUMENTOS DE SUELDO Y ASCENSOS?
El Mercurio
Economía y Negocios
Martes 7 de abril de 2009
Seis de cada diez ejecutivas consideran que sus carreras son exitosas:
¿Por qué las mujeres son reacias a pedir aumentos de sueldo y ascensos?
Las mujeres suelen ser menos propensas que los hombres a negociar mejoras salariales y disputar promociones, pese a que, en promedio, ganan 16% menos que ellos.
Pablo Obregón Castro
Uno de los iconos en la campaña del Presidente estadounidense Barack Obama fue la ley Lilly Ledbetter de Pago Justo, la que consagra el derecho a recibir igual paga por igual trabajo.
Mientras algunos aplauden la decisión de Obama de poner de relieve la discriminación que sufren algunas trabajadoras, otros relativizan el efecto de las políticas de discriminación positiva, bajo el supuesto de que las mujeres capaces ganan menos y no acceden a los puestos claves porque se automarginan o, simplemente, porque no saben negociar.
Un estudio de la firma consultora Accenture que abarcó a 3.600 profesionales del área de los negocios de 18 países de Europa, Asia, Norteamérica, Sudamérica y África reveló que las diferencias de ingresos y la menor presencia femenina en la cúspide de las organizaciones tiene que ver con decisiones de ellas, y no necesariamente con una discriminación de género.
Los hombres son más propensos que ellas a negociar mejoras salariales (56% versus 48%) y ascensos (42% versus 37%).
Paralelamente, seis de cada 10 mujeres (59%) consideran que sus carreras son exitosas o muy exitosas, y casi la mitad de ellas sienten que están asumiendo tareas que requieren ir más allá de las responsabilidades propuestas en un comienzo.
Con todo, esta inclinación no tiene que ver necesariamente con un problema de autoestima o de confianza en sus propias destrezas. Ocho de cada diez mujeres dicen estar preparadas para asumir un nuevo rol.
Sin drama
Los expertos no creen que las diferencias de género que se expresan en el mercado de los altos ejecutivos sean suficiente motivo como para incorporar políticas de discriminación positiva.
«Un ejecutivo que ha planificado bien su carrera no necesita pedir un aumento o ascenso, éste llegará solo, o será tentado a cambiarse a otra empresa donde su oferta de valor sea más valorada», dice Eduardo Zamora, consultor de Pleasant Work y profesor de la Universidad de Chile.
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