Carrera de Ratas (DF)

 

Miércoles 28 de octubre de 2009
Francisco Armanet, Diario Financiero

La gran mayoría de los ejecutivos “exitosos” comienzan sus carreras profesionales con un primer ascenso que ocurre normalmente entre 12 a 24 meses de haber ingresado al primer trabajo. Es habitual que antes de los 30 años ya sean subgerentes y normalmente antes de los 35 hayan alcanzado el cargo de gerente. Sólo los más aventajados logran llegar a la gerencia general de una gran o prestigiosa compañía, lo que normalmente ocurre alrededor de los 40-45 años.

A lo largo de esa carrera profesional los sueldos, los bonos de desempeño, de retención o de permanencia y demás beneficios van aumentando de manera exponencial.

Es muy frecuente que las empresas, dependiendo de su tamaño, pongan a disposición de sus máximos ejecutivos, autos con chofer, mozos, dos secretarias, viajes en primera clase, hoteles cinco estrellas, seguros de vida por varios millones de dólares y membresía de un club de golf que les permite socializar y hacer deportes.

Toda esta carrera profesional aparentemente llena de “éxitos”, en muchos casos, no es más que lo que los americanos llaman una carrera de ratas. Todos logran acumular dinero y prestigio, pero muy pocos alcanzan paz interior y mucho menos felicidad. La gran mayoría no conoce a sus hijos, sus señoras se quejan porque llegan del trabajo drenados de energía y “no hablan”. Los fines de semana acostumbran a tomar “buenos” aperitivos para después dormir una larga siesta. Normalmente, en períodos de mucha tensión, éstos deben recurrir a somníferos para poder conciliar el sueño. Salvo en el caso de familias genética y psicológicamente sanas, es frecuente que uno o más hijos terminen con serios trastornos de salud mental. Lo curioso es que el ejecutivo “exitoso” es muy poco consciente de estos costos.

Lo anterior es consistente con los estudios sobre felicidad que realizó el premio Nobel de Economía del año 2002, Daniel Kahneman, donde concluye que -salvo en los casos de extrema pobreza- no existe relación entre riqueza y felicidad.

El profesor de psicología positiva, Tal Ben-Shahar, el académico más demandado de toda la Universidad de Harvard (tiene 1.400 alumnos en su curso) sostiene que debemos maximizar el valor presente de nuestros flujos futuros de felicidad, (y no de caja) dedicando nuestra vida a hacer algo que tenga un sentido profundo, que nos produzca un bienestar interior, y que seamos relativamente buenos en ese oficio o profesión.

Si usted piensa que está en medio de una carrera de ratas, le sugiero leer el libro de Tal Ben-Shahar y siga el consejo que Deepack Chopra le dio a los alumnos de la Universidad de Chile; dedique todos los días cinco a diez minutos a pensar en que mundo quiere vivir, a que empresa quiere pertenecer y pregúntese: ¿Estoy haciendo lo que me gusta? ¿Soy parte de un grupo en el que quiero estar? ¿Estoy orgulloso de mi jefe? ¿Estoy desarrollando mi pasión? ¿Está esa pasión alineada con el mundo en que quiero vivir? Si sus respuestas son afirmativas, siga adelante con aun más entusiasmo. Si muchas o todas sus respuestas son negativas, le sugiero que inicie un proceso de autoconocimiento, de meditación o simplemente abandónese en las manos de Dios para que El actúe. Sin vocación, la carrera del ejecutivo, no es más que una moderna forma de esclavitud, de la que sin ayuda, es simplemente imposible salir.