El nuevo Ejecutivo

REVISTA CAPITAL: EL NUEVO EJECUTIVO   

«¡El emperador está desnudo!”. La inocente pero potente frase voceada por un niño no contaminado por los miedos y prejuicios de su comunidad en el cuento El nuevo traje del emperador de Hans Christian Andersen ilustra a la perfección cuán importante es mirar las cosas con un prisma diferente. “En ese cuento, desde un principio el emperador estaba desnudo, y a pesar de que todo el mundo vio la realidad, solo el niño que no estaba contaminado se atrevió a decirlo. Por eso es tan importante tener en una organización gente que vea las cosas con un prisma distinto”, explica Mauricio Peñaloza, abogado, senior manager de Human Capital de Ernst & Young.

En el límite -añade el especialista- incluso desde el punto de vista biológico es un hecho que los sistemas que más resisten las amenazas externas son los sistemas diversos, algo que se extrapola a los grupos humanos, donde las personas que cuestionan los modelos y los sistemas de trabajo, finalmente oxigenan y enriquecen.

Un caso emblemático de cómo alguien con otra mentalidad puede aportar y hacer despegar una compañía, es el del norteamericano Chris Lowney, ex sacerdote jesuita, quien trabajó durante 17 años en la cúpula del JP Morgan. Autor del libro Hero Leadership, en él explica cómo los principios del liderazgo que han guiado a los representantes de la Compañía de Jesús durante más de 450 años se pueden aplicar a la empresa. Conceptos que él personalmente puso en práctica, porque luego de siete años de votos de pobreza, castidad y obediencia, literalmente cambió de hábito y empezó a trabajar en la entidad bancaria con resultados excepcionales.

-Cuanto más lo pienso, más me convenzo de que estos sacerdotes jesuitas del siglo XVI hicieron muchas cosas de manera más efectiva a la forma en que las tratamos de hacer en las compañías modernas -explicó alguna vez Lowney en una entrevista.

Los casos son muchos, aunque no tan extremos como el del ex jesuita. Nadie podría creer, por ejemplo, que una de las figuras emblemáticas de la banca norteamericana es periodista. Se trata de Sallie Krawcheck, quien el año 2002 llegó a Citigroup para devolver a la institución financiera la credibilidad perdida. Su gestión, cumplida con éxito, le valió ser reconocida como una de las mujeres más poderosas de la escena empresarial estadounidense, con apenas 40 años.
Krawcheck, que a los 22 obtuvo el grado de periodista en la Universidad de Carolina del Norte, tuvo su primer trabajo en la redacción de la revista Fortune. Ahí se empapó del mundo de los negocios y se dio cuenta que le apasionaba. Al poco tiempo se encontraba estudiando un MBA en Columbia, el que a poco andar le permitió entrar como analista financiera en Salomon Brothers. Luego, el 2004, sería nombrada directora financiera y estratégica de Citigroup, desde donde maneja hoy un equipo de 25 mil personas.

Fauna local
Como sabíamos de esta tendencia, buscamos profesionales que hubieran sumado a su formación en el área de los negocios otras habilidades, ya sea por gusto o por querer tener un prisma distinto en la vida, y que las han terminado aplicando a la empresa.

La lista no es tan larga como pensábamos, pero hay casos reveladores. Uno de ellos es el de Rolando Medeiros, gerente general de Elecmetal, un ingeniero químico con un postgrado en Física Cuántica y una licenciatura en Filosofía.

Un camino similar, pero al revés, recorrió Pablo Valenzuela. Este ingeniero civil de la Católica -con la distinción de mejor egresado- se dedica hoy de lleno a la fotografía y es muy reconocido en esta área.

Caso aparte -y uno de los más emblemáticos- es el de David Gallagher, Master of Arts en Oxford y luego profesor de Literatura Latinoamericana en el St. Antony’s College de Oxford, quien a los 30 años hizo un cambio radical en su vida y pasó a las finanzas duras. Y con enorme éxito.

También hay profesionales o herederos de una generación de negocios que han decidido dar un giro en su desarrollo profesional. Este es el caso de Soledad Saieh -ingeniero comercial de la UC y MBA del MIT- que el 2005 decidió hacer un postgrado en Administración y Financiamiento del Arte y Cultura en la Universidad de Nueva York. Su idea es gestionar en un futuro próximo la Fundación Corp Group Centro Cultural de Chile.

Otros nombres que se suman a esta tendencia son Juan Braun, empresario que estudió Economía y paralelamente Filosofía y Matemáticas, y Fernando Concha, gerente general de Royal Sun Alliance, un ejecutivo exitoso de 30 años que estudió en Estados Unidos en forma simultánea Negocios e Historia del Arte, su verdadera pasión. Ambos cuentan aquí su historia.

Fernando Concha y el arte
Este colombiano que vivió largo tiempo en México y Estados Unidos es algo así como un ciudadano del mundo. Actual gerente general de Royal Sun Alliance -recién fusionada con la adquirida Cruz del Sur Generales-, Concha lleva dos años viviendo en Chile.

-Toda mi vida he creído que lo más importante en los negocios es el sentido común, y para esto no necesariamente hay que estudiar finanzas, ingeniería comercial o economía, es decir, los ramos clásicos. Por el contrario, lo que hay que hacer es estudiar lo que a uno le apasiona. Obviamente teniendo ciertas herramientas para ayudar al desarrollo del sentido común -asegura.

Su principal interés siempre fue la historia del arte. Así las cosas, hizo un diplomado de dos años en paralelo a su carrera de finanzas en la Universidad George Mason en Estados Unidos.

-Si tú me preguntas a qué le saqué provecho en la universidad y qué estudié con más paciencia y empeño, te diría que fue la historia del arte. Especialmente la enfocada a todo el pre-renacimiento, sobre todo el tema de las catedrales góticas -explica.

Claro que tras graduarse se le presentó el dilema de dónde trabajar:

-Cuál es mi opción, pensé. Vivía en Washington en ese tiempo y podía postular a la Smithsonian Institution (organización cultural que se encarga de museos entre otras cosas) o al mundo financiero. Pues bien, entré a trabajar a Merrill Lynch. Por una razón práctica: como me mantenía solo, un trabajo de museo no me permitiría hacerlo por mucho tiempo -explica.

Actualmente, Concha procura viajar a lugares que despertaron su interés cuando estudió historia del arte. Por lo tanto, hoy sus vacaciones son culturales y de descanso. Y sobre la experiencia vivida y sus aportes, cuenta:

-Estudiar historia del arte me ha ayudado mucho en mi carrera y quizás por eso trato de contratar a algunas personas que tengan también una experiencia o exposición diferente. Te diría que hay una corriente muy grande de graduados en MBA que son biólogos, escritores y que, a mi juicio, son precisamente las carreras de humanistas las que ayudan a la gente a ser lo más abiertos posible en su forma de pensar.

La filosofía de Juan Braun

-Cuando entré a la universidad a Economía en un minuto pensé que eso era un error -espeta de partida Juan Braun.

Claro que no se trata de una sentencia de arrepentimiento. No, porque resulta que este ejecutivo-empresario (40) está convencido que es mucho más razonable en la formación profesional seguir el modelo universitario europeo o estadounidense donde hay un período de disciplinas compartidas, que seguir uno encapsulado.

Quizás por eso Braun se empeñó en hacer un recorrido extraordinario y cursar casi tres carreras paralelas en la Universidad Católica:

-Siempre me gustó Economía, pero en la mitad empecé a estudiar Filosofía en la misma universidad. Postulé internamente junto a Aníbal Larraín -actual director de Watt’s-. El estudió Filosofía conmigo y luego siguió esos estudios en Oxford. De hecho, con Aníbal tuvimos que crear con Juan de Dios Vial una regulación interna para poder hacer ambas carreras -cuenta.

En la misma UC estudió también Matemáticas por cerca de cuatro años, pero no terminó. Se trata de un caso atípico, sin duda, pero Braun asegura que en los países desarrollados las cosas que él hizo de un modo sui generis allá se hacen de otra forma.

-En Inglaterra, por ejemplo, la carrera de Negocios hasta hace diez años literalmente no existía, por eso no es extraño que muchos de los que se dedican a los negocios sean historiadores o hayan estudiado sánscrito o lenguas muertas.

Lo que lo llevó a la filosofía -según él- es que es muy parecida con las matemáticas:

-Es que tú en la filosofía como ciencia puedes tener teorías o hipótesis que son bien matemáticas. Se hacen modelos de cómo se produce un fenómeno que después funciona. A mí me apasionaba la Teoría del Conocimiento desarrollada por Kant. Además los filósofos hacen un pequeño resumen de lo que va pasando en su tiempo… lo que te enseña mucho del funcionamiento del mundo.

Pero ojo, porque los estudios de Juan Braun no quedaron ahí, porque luego se fue a estudiar a Harvard, donde trabajó con el profesor Robert Barro (economista mencionado como posible Nobel) quien le dio libertad absoluta. Libertad que Braun aprovechó no sólo para desarrollar su tesis, sino también para tomar varios cursos de física, historia, y más matemáticas en Harvard.

Y ahora último le ha dado por el tema médico. Partió leyendo sobre enfermedades mentales y luego pasó a lo químico y biológico. Se apasionó tanto, que ya se suscribió al English Journal of Medicine, que la lleva y más que la lleva en estos temas. Y cuando no entiende los artículos va a la fuente e investiga.

Estas formaciones tan diversas hoy Braun las aplica a diario en sus labores empresariales y profesionales. Actualmente hace gala de ellas en Fepasa -empresa que adquirió junto a otros socios del grupo Cruzat-, en su participación en proyectos inmobiliarios en los extremos de Santiago, y también en la creación de un software de educación para colegios y en una productora de TV, por medio de la cual trabaja en programas educativos y culturales.
Ejercitando el cerebro

Cada día hay más conciencia de la importancia que tiene para una empresa contar con personas distintas, que hagan cosas diferentes, que aporten otra mirada, que estén dispuestas a salirse de los márgenes. Esto ayuda a la organización a tener nuevos puntos de fuga y dar con soluciones novedosas y revolucionarias a problemas domésticos.

Y como para refrendarlo, investigaciones recientes confirman que el desarrollo de nuevas habilidades puede fomentar la plasticidad del cerebro. Así lo demuestra, por ejemplo, un estudio realizado en Londres, que advirtió que en los taxistas de esa ciudad -producto de que tienen que memorizar una cantidad enorme de calles y direcciones- la parte posterior del hipocampo (una estructura crucial para muchas funciones de la memoria y el aprendizaje) se había agrandado, comprobando que el cerebro puede crecer según cómo se le ejercite. Idéntica conclusión estableció el National Geographic en marzo del 2005 en su reportaje “Secretos de la mente”. Ahí se citaba un reciente estudio publicado en Alemania que demostró que aprender a hacer malabarismos permitía “un aumento en la cantidad de sustancia gris en dos áreas implicadas en la actividad visual y motora”.

-Es difícil establecer por qué una persona es como es. Dependerá del grado de desarrollo y relación con el entorno. Y por cierto de cuánto ha perfeccionado sus habilidades. No hay que olvidar que el estudio del ser humano y su psiquis está literalmente en pañales – explica Jaime Lama, socio de Korn Ferry, una de las firmas más requeridas por las multinacionales para reclutar profesionales. Según él y otros consultados, lo importante es que esa especificidad personal, bien ejercitada y adecuadamente ensamblada en la organización, puede contribuir a potenciar su desarrollo.

Según el mismo reportaje de National Geographic, profesionales de la Universidad de Wisconsin luego de estudiar la actividad cerebral de monjes tibetanos, en estados meditativos y no meditativos, comprobaron que las personas propensas a dejarse atrapar por las emociones negativas exhibían un patrón de actividad persistente en las regiones de la corteza prefrontal derecha y que en aquellos con temperamentos más positivos, la actividad se daba en la corteza prefrontal izquierda. Dado eso, eligieron algunos voluntarios que trabajan en una compañía de tecnología, a los cuales durante ocho semanas se les dictaron clases de meditación. “Hacia el final del estudio los que habían meditado mostraban un desplazamiento notable de la actividad cerebral hacia la corteza frontal izquierda, es decir el lóbulo feliz (…) Lo que sugiere que el entrenamiento incidió en la salud mental”… Y por qué no decirlo, en el clima organizacional de la empresa.

Los sabáticos
Otra forma de abrir y ventilar la mente -muy en boga en el mundo y que hace unos años llegó a Chile- es tomarse un año sabático. Esto no solo permite a toda la familia experimentar nuevas realidades, reforzar los idiomas o simplemente descansar, sino que muchos hombres de negocios aprovechan la oportunidad de estudiar una disciplina distinta que enriquece su espíritu y le entrega nuevas perspectivas para afrontar sus tareas.

Así por ejemplo, José Luis del Río -presidente de empresas Dersa y director de Falabella- a fines de agosto del 2005 se trasladó a Estados Unidos para tomar cursos de arte, principalmente en Harvard y MIT. Lo mismo hizo hace unos años el empresario Eduardo Ergas, quien se radicó por un año en Silicon Valley donde estudió diversas disciplinas que van desde el genoma humano hasta el montañismo, además, por supuesto, de aprender in situ de las punto-com. José Miguel Prieto -creador de Storbox- estuvo dos años con su familia en Australia fundamentalmente para que sus hijos aprendieran inglés. Algo similar a lo que está haciendo en la costa oeste de Estados Unidos Eugenio Claro, socio de Munita, Cruzat y Claro Corredores de Bolsa.

Mauricio Peñaloza -de Ernst & Young- explica las ventajas del año sabático, tanto para quien lo vive como para su organización:

-Sin duda como ejecutivo se toma un riesgo, pero al hacerlo se está evitando la ritualidad… es decir, insertarse con el mismo parámetro de carreras que el resto. Si hay en un equipo puros abogados, se tiene una columna vertebral bastante parecida, en circunstancias que en las empresas se necesitan sinapsis neuronales distintas, sobre todo en el tema directivo.